Tuesday, January 24, 2006

MIAU

Ahora me doy cuenta de que no me levanto de madrugada sólo para sentarme frente a la ventana. Que no es el insomnio lo que me hace dejar a un lado el dormir.

Lo que me llama de noche es el aliento, ese que perdí durante el día, porque sí, últimamente me he dado cuenta de que pierdo el aliento y que camino atónito de eso que no veo y no digiero gran parte de lo que pienso.

Porque ahora por las noches, un semáforo sigue brillando en la mente aún más que uno de mis suspiros y también ahora el tiempo corre siempre en números rojos y las letras se escriben a doble espacio. Creo que es porque estos tiempos no son para consideraciones personales, vaya ni siquiera para personas.

Por eso es que ahora me doy cuenta de que despierto para imaginarme que soy uno de esos maullidos de gato que se escapan a todo, al aire, al tiempo, a los perros, a las escobas y hasta al mismísimo gato. Por eso me gusta despertarme para pensar que soy como un maullido de esos gatos.

1 comment:

Adriana Degetau said...

o como el sonido del escape de un pesero (q acaba de pasar)