Thursday, July 30, 2009

LA ESPERA

Duele en el centro de la espalda, bajo el corazón, la ausencia de lo no conocido
Se siente el alma circulando, siendo,

Caen los pretextos a pedazos, allanan pasos,
Abrasa la espera, pero también alimenta...

Quisiera quedarme sentado, cerrar los ojos y en un segundo aprender a leer el viento.
Entender los mensajes que nacen en las hojas de los árboles y descifrarlos antes de que mueran secos.

Escuchar el murmullo de la ciudad, contándome las historias de sus parasitarios habitantes y saber, saber, saberte y saberme al fin.

Quisiera que llovieran tus abrazos, poder guardarlos entre las páginas del libro que por ahora leo y usarlos cuando más los necesito. Tejer con tus palabras el abrigo que acabará con el frío de la cotidiana agonía de los días. Tomar sorbos de tu aliento que endulcen nuestras horas.

Quisiera que te callaras, tomaras las llaves y llegaras a casa sin aviso previo, que me reconocieras apenas cruzaramos las miradas y los dos entonces entendiéramos que ha llegado el principio. Que la búsqueda terminó porque ha comenzado el camino.

Imagino ya los pasos. Imagino ya las manos.
Te huelo ya, cerca, expectante, pero no descifro aún los detalles de tu rostro. Sé que lo sabré apenas y me toques. Sé que me sabrás.

Entendido el código, vivido, latido, comenzará la historia escrita en tiempo con letras-piel y puntuación libre dictada por las miradas, las mañanas, los besos, las caricias y las palpitaciones que compartiremos juntos.

En el fondo ya te sé, aunque todavía no te vea.
Seremos un 'somos', construiremos un 'nuestro'.
Dos.

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Llega ya y tomemos una taza de té que dure para siempre, ese siempre que definiremos juntos.

Saturday, July 04, 2009

TODO Y NADA

Por ahora está sentado en la mesa central de ese lugar al que llama 'NADA', justo ahí donde puede ver mejor lo que no es y lo que no fue. El calor del largo trago de té baja lentamente por su garganta, explota en su estómago y de ahí se expande por todo el cuerpo, justo como sucedió con sus sueños la primera vez que le miró con atención.
De esa noche quedan sólo recuerdos extraviados y extraños transmutados en olores e imágenes con poca luz. Aún así, le bastan para trazar el entorno imaginario de la siguiente vez en que le vea. Por unos instantes todo deja de importar. Los ruidos caen al suelo, las rancias excusas mueren secas. Nada más hay. Sólo él, ahí, sentado en medio de su TODO temporal, regalándose un instante para dos. Aunque falte uno aún.

Té para uno, sueño para dos...