CARMEN

Dos vestiditos, zapatos y un suéter fueron lo único que trajo consigo, en sus planes ya no había muñecas ni holanes, ni zumbidos fantásticos... todo eso se lo quedó la niña que dejaba -ella misma hecha promesa-

Lo demás vendría después. La despedida fue un susurro que los otros niños no querían escuchar, su despedida fue un susurro que hasta hoy nadie ha escuchado. Trece años y una vida fueron el equipaje con el que no escapó de nadie más que de sí misma.

De su boca nunca escaparon sus miedos ni tampocos sus desencantos. Trece años le habían dado el temple de un hombre de esos que nunca lloran pero también la imaginería de una niña eterna. Una niña soñando con vestidos y con perlas... con el cabello más negro y la piel más blanca de todas... con los ojos como ópalos gigantes, incitantes... con sus manos que son como alas...

Después vinieron todos los vestidos y todas las miradas... todos los tacones del mundo, las joyas y todas las bolsas. Y vino el mundo y le prometió cosas más allá de todo lo pensado. El mundo era como un gran dije con miles de gemas. Pero las gemas aún eternas nunca están hechas de carne... nunca palpitan como una promesa.

Un mundo hecho dije que cambió por tres latidos envueltos en llantos y mimos. La niña ya no necesitaba muñecas... la vida en sus manos era el mejor de los divertimentos. Todo fue y es suyo... todas las flores y todas las risas... pero nunca todos los miedos...

Lo demás no lo se de cierto... lo escrito es imaginería mezclada con azúcar justo como ella... sueño mezclado con azúcar...

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FELIZ CUMPLEAÑOS MAMA...

Tiene metidas en el alma todas la palabras dulces. En las manos las caricias más suaves y sanadoras. En la mirada el apego eterno o el desdén temido. Es una niña mimada de trece años y una mujer eterna. Es la que hace vida con las manos y da palizas con sus reproches. Es mi mamá y se le ama... y se llama Carmen...