Sigamos creando mundos...
Una huella bajo la llanura. Sobre ella, un desierto blanco de celulosa medida en centímetros y procesada con químicos. Un par de manos y una vida en una línea que se dibuja con carbón y se extiende en fotones. LATIDOS. Marchan piernas y dedos jalan gatillos. Parece eterno ese juego al que llaman PODER. Camina una niña en un paraíso blanco: dicta el dibujo de una mujer prohibida, no vista aún, a millones de años luz de ser traducida, interpretada, respirada. Afuera jugamos a creer que hacemos, tejiendo con hilos de sangre la orquestada telaraña de un universo que se enfría poco a poco. ALEGORÍA - POLÍTICA - PALABRA. Sus manos trazan, sin seguir ríos ni explicar orígenes. Nada importa aquí, sus trazos tienen aliento, son juego finito que morirá en manos del tiempo cuando la niña hechicera que los crea, se enamore de éste. HIEROFANTA. Afuera existimos, nos pensamos. Adentro somos. COLAPSO. Sobre el valle, la hoja de celulosa eterniza el momento en el que bailan colosos con delicadas campanas de diáfano cristal y serpientes toman el té en mesas de sueños terrenales. Momento en el que mil olas visten con sus burbujas a ninfas hambrientas de encajes. Para siempre el mundo, para nunca el tiempo. Expansión palpitante. Bulle un cosmos quedamente, bulle, siempre, siempre entre nosotros, el cosmos. Cosmos en el que somos humanos y también polvo de luz.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
Me resisto tanto a ver, oír, oler, sentir...Y cada ves es más difícil encontrar el escondite perfecto.
¿Tiene algún sentido encontrarlo...?
Todo está aquí, lo vea o no lo vea. Bullendo.
Post a Comment