Monday, May 10, 2010

CIELO DE SILENCIO

Parvadas de cuervos y ruiseñores trazando círculos en un cielo de silencio,
La sentencia perdonada, una caricia en piel viva,
Mis ojos de minotauro,
Y el corazón de un ángel no nato...

Un río de sangre y mi último sollozo,
El mar de mi alma a sotavento y las llamas de una vida de plegarias...

Te doy dunas de gritos hechos polvo, párpados de cristal
Y nuestro primer susurro de complicidad dentro de un encriptado verso,
Te doy también el soplo de arena que fui y el cieno de toda mi tristeza...

Te doy una madeja de hilo infinito
Y trazos de colibrí para que tejas con ello sueños inmensos, inmesurables...
Te doy mi más trágico abrazo y todo mi cariño convertido en algodón
Guárdalo cuanto quieras para mezclarlo con sonrisas...
Tómalo con té de menta y miel...

Ahora que entendí que las crestas de las olas son cadáveres de los intentos del mar por besar el cielo, comprendo que estas letras son leitmotiv de una vida intentado huir de la razón...
Anacrónico intento por abandonar el pantanal de melancolía en el que un día desperté... en el que no puedo ver nada...

Te dejo el nanosegundo que fui,
para que perdones mi partida...
para que no me odies...

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Por si me voy sin tu consentimiento,
Por si me dominan las cosas,
Por si me gana el mundo algún día,
Por si ya no puedo...

2 comments:

Muegano. said...

¡Ay, qué fuerte! Leo esto en medio de crestas de olas en mi cabeza intentando alcanzar el cielo, el de mis sueños...son cadáveres...

Dídac Muciño said...

tanto silencio en un inmenso mar
tantos cadaveres en un inmenso cielo

el horizonte se desvanece, y tu nunc más.