TREGUA

Nos quedamos sin ojos...

Alguien ha presentado algo a lo que llaman iPad. Un organismo internacional dice que la reconstrucción de una isla entera tomará diez años. En el mundo, muchos siguen discutiendo sobre el matrimonio entre seres a los que dejaron de llamar humanos para convertir en homosexuales. Alguien nace y alguien muere. Entran las olas iridiscentes rompiendo la calma.

Amanece
Sigue la rueca hilando vidas y acordonando tiempos. Las falanges dejaron de ser divinas hace mucho, los dioses tardíos invadieron nuestras vidas enfundados en relucientes gasas y lujosos terciopelos. Son ansiados, son queridos. Tras los vidrios, los respiros danzan haciendo del eco escaparate. Se graban las vidas y se hacen recuentos de los triunfos, mientras la rueca sigue hilando.


Llueve sol
Corremos despavoridos ante el grito seco de un ser a quien nosotros mismos creamos. Desde el otro lado del espejo, este montruo-hombre se queda mirándonos. Marcando un infinito compás, comiendo diatribas, vomitando excusas, sudando impías recriminaciones. Crecen briznas de esperanza sobre su crin. Es un mito mitad bestia, mitad suspiro.

Dormimos
Caen sobre todos nosotros como pesadas losas los restos de un cantico de espuma y nube. Se nos han ido en cosa de un día, en cosa de una vida, los pesares y las virtudes convertidos en torrentes de agua, en ríos que alimentan mares, mares que contienen abismos, abismos que son nuestros miedos. Perdemos los ojos sin siquiera notarlo. Aprendemos sin saberlo, vivimos sin sentirlo. Es de noche y sólo queda dormir.

Mañana será otro día.