Wednesday, July 05, 2006

NIÑO MUERTO

Cuando se apagaron las luces de la otra casa supo que no quedaba mucho tiempo.
Pudo sentir como el último suspiro escapaba como niño asustado hasta perderse en la noche.
Pudo sentir el sudor frío corriendo por la espalda, pudo ser ese niño y sintió lo mojado del suelo en sus plantas.

Volvió a ser ese niño pero ahora sus dedos eran casi azules, de frío, ahora sus párpados eran casi transparentes, de miedo.

Casi pudo haber contado los pasos apresurados de ese niño escapando de sus espantos, y pudo ser también ese espanto que recorrió cada uno de sus nervios. Pudo ser entonces cada uno de esos nervios.

La espalda sigue fría.

Recordando, dió con la imagen del capullo saliendo de su boca, encontró también entre el polvo y los retratos antiguos una frase que nunca se borrará de la mente. Se dió cuenta que su voz aún tránsita por los libros a medio leer y los cigarros que se apagaron a la mitad.

Ese niño que es suspiro, casi azul, pero también blanco no irá a un lago de azúcar. Ese niño no se sentará más a la orilla de este a contemplar las palabras que balbucea el agua.

Cuando se apagaron las luces de la otra casa se dio cuenta de que el niño agonizaba. Su aliento -indiferente al aire- se mete por la nariz provocando a la boca como algodón de azúcar. El niño se esta muriendo pero ahora no importa.

Que se muera.

Ese niño del que pudo ser nervio y frío, se murió momentos después de que se apagaran las luces de la otra casa.

Y ahora por lo menos por algún tiempo, nadie habitará el sótano de sus pensamientos ni volará un cometa con la ventisca de sus palabras.

Ahora por lo menos... por algún tiempo.


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A la mañana siguiente, despierta, con la espalda húmeda aún, pero con párpados ópacos.
Al menos por algún tiempo... despierta.


5 comments:

Jessica Sosa Echagaray said...

:S

S.S. Ink Tank said...

:/

Miss Neumann said...

:( que triste!!!

AntonioNeri said...

Hola!

Me gusta el azul, el frio, la humedad, el agua... metiste mis ingredientes favoritos.

No me gusta que los niños se mueran, que triste, me dejas melancólico.

Saludo.

Adriana Degetau said...

Mira... ya sé tu nombre.