Los días que faltan los cuento como gotas de agua en un gran mar,
no quiero verlos,
presentirlos es una mejor forma de saberlos...
Los días que faltan me saben a café amargo,
y se saborean en la garganta,
largos y calientes, pausados...
Los días que faltan para que decidamos cuanto nos quedamos,
y sobre todo qué nos preguntamos,
se cuentan ya con los dedos de las manos...
Siento que son pocos...
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Algo bueno de los días de enero es que te dan la sensación de que falta mucho para otro inútil recuento. Taste like chance...
Sunday, January 06, 2008
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